30 de mayo de 2008

10 descubrimientos por casualidad

Coñac. En la Edad Media había avispados mercaderes que hervían el vino para evaporar el agua y así poder llevar más producto en el mismo espacio, para después volver a añadirla… Hasta que alguien decidió evitar este último paso y crear una nueva bebida.

Caucho vulcanizado. El vulcanizado es un proceso que evita la descomposición del caucho que descubrió Charles Goodyear en 1839 cuando se le cayó una mezcla de la sustancia con azufre sobre una caldera… Quizá por eso siga vendiendo ruedas tantos años después.

Papas. El cocinero George Crum quería satisfacer a un cliente que siempre se quejaba de que hacía las patatas demasiado gruesas, así que las cortó lo más finas que pudo y las frió hasta que quedaran crujientes… 1853 debería ser un año largamente recordado.

Edulcorante. Si la gente supiera que la sacarina se descubrió en 1879 tras tratar brea de carbón quizá dejarían de usarla tan alegremente.

Rayos-X. Menudo susto debió llevarse Wilhelm Röntgen en 1895 cuando vio los huesos de su mano proyectados en la pared tras colocar unos objetos ante la radiación que producía un chorro de electrones chocando contra una placa metálica.

Penicilina. Alexander Fleming no debía ser demasiado limpio, a juzgar por el moho verdoso que se posó sobre una de sus muestras mientras investigaba la gripe en 1928.

Blandi-blub. Aunque no sea una de esas cosas imprescindibles en nuestra vida cotidiana, muchos niños se han divertido gracias al entusiasmo de James Wright en 1942 a la hora de descubrir una goma artificial. La mezcla de ácido bórico y aceite de silicio no fue exactamente lo que él buscaba. Por cierto, el blandi-blub no explota.

LSD. Corría el año 1943 cuando Albert Hofmann intentaba crear un compuesto para estimular el parto a base de dietilamida del ácido lisérgico, aunque lo que descubrió no fue exactamente eso, sino el nombre de una canción para los Beatles años después.

Microondas. Originalmente se usaban para los radares aliados en la Segunda Guerra Mundial, hasta que en 1949, con la guerra ya acabada, uno de esos aparatos derritió la barra de caramelo que Percy Spencer, un ingeniero, llevaba en su bolsillo.

Viagra. Mrthyr Tydfil, una pequeña villa galesa dedicada a la producción de hierro, fue el escenario en 1992 de las pruebas de una nueva droga contra la angina de pecho… pero los efectos no fueron los esperados.

Fuente. 20minutos.es

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