En el Semefo del DF, el estudio científico de entomofauna colonizadora de cadáveres ayuda a esclarecer asesinatos
MÉXICO, D,F; 11 junio 2008.- En la novela El silencio de los inocentes, capullos de mariposas son la pista para esclarecer feminicidios. En la vida real, la investigación aplicada en el Servicio Médico Forense del DF también convierte a los insectos en “delatores” de homicidas.
Ello es posible gracias al trabajo del entomólogo forense Arturo Cortés Cruz, del Laboratorio de Química de esa institución, quien ha transformado en aliados de la Justicia a los insectos que colonizan y devoran cadáveres.
Con los métodos de la entomología forense (ciencia que estudia insectos en combinación con aspectos médicos y legales) el especialista ha recopilado claves importantes que, junto con otras evidencias físicas, permitieron resolver varios casos criminales en la capital del país.
Apoyado en los rastros que aportan diversos tipos de insectos (dípteros, como las moscas y sus larvas, coleópteros como los escarabajos, himenópteros, como las avispas y hormigas), Cortés Cruz puede fijar con más precisión la fecha en que falleció una persona.
Inclusive, en algunos casos esa peculiar entomofauna también le brinda información que permite determinar las circunstancias o el lugar de un asesinato, sobre todo el violento, o si la víctima murió por consumo abusivo de drogas ilícitas.
Con ello, reúne diversas evidencias que fortalecen la impartición de justicia: “si el médico (forense) sospecha que hay alguna sustancia relacionada con una muerte, va a pedir estudios toxicológicos, pero normalmente éstos se realizan en la sangre de la víctima”, explica Cortés en entrevista.
Pero, ¿qué pasa si los cadáveres están en acelerada descomposición y no tienen sangre o vísceras? En esos casos, dice el especialista, hacemos estudios toxicológicos en los insectos para determinar si al alimentarse del cadáver incorporaron a su sistema ese tipo de sustancias, descartando que las produzcan naturalmente .
Evidencias biológicas
El proceso comienza con la obtención de muestras (larvas, pupas o adultos), la toma de fotos y su revisión al microscopio con apoyo en claves taxonómicas, esto es, registros científicos sobre especies. Tal análisis ayuda a establecer con precisión la “identidad” del bicho.
Una vez hecha la determinación taxonómica, el ciclo vital del insecto hallado en el cuerpo del delito ayuda a calcular el tiempo de muerte: “Cuando se determina la edad del insecto y el tiempo que lleva en un cadáver, sé cuánto tiempo tiene de haber muerto esa persona”, detalla el entomólogo.
En paralelo, las muestras son analizadas con equipo especial (pruebas enzimáticas y cromatografía de gases) que revelan si la víctima consumió drogas, pues en ese caso, al haberse alimentado del cadáver, el insecto “confesará” la verdad.
En ciertos casos, si hay información taxonómica suficiente (ya que hay especies exclusivas de ciertas regiones del país) también es posible determinar, mediante cotejo de datos, el lugar del asesinato, aunque es un “trabajo titánico”, añade Cortés.
Estos estudios, que se combinan con otras herramientas como análisis químico-toxicológicos, pruebas de antropología, odontología o incluso de biología molecular (ADN), han ayudado a resolver varios casos de secuestros y asesinatos en el DF, donde en promedio llegan 15 a 20 cadáveres por día al Semefo.
“Nuestro código genético es muy exclusivo”, apunta el científico. Por ello, si un insecto se alimenta de un cadáver, va a introducir a su sistema fragmentos del ADN de éste, de modo que, al efectuar pruebas, aparecerán marcadores genéticos tanto del código del hospedero como de su diminuto inquilino.
Pero aplicar tests de ADN sistemáticamente sería costoso. Además requeriría equipo técnico e instalaciones especiales. Por ello, Cortés pide valorar el trabajo científico del Semefo, que a pesar de enfrentar grandes retos (faltan expertos y bases de información) tiene futuro en México: “Este trabajo es súper divertido, súper amable… (hacerlo) es estar como pez en el agua”, expresa.
(El Universal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario