Está Pepito en la escuela en la clase de matemáticas y el maestro le pregunta:
A ver Pepito, contéstame, si en una mano tengo cinco melones y en la otra tengo seis calabazas, ¿Qué tengo?
Y Pepito rápidamente contesta:
Lo que tiene usted son manos muy grandes, maestro.
Un anciano muere y va la cielo. Allí es recibido por San Pedro.
¿Me puede decir cómo se llama?
Pues, es que no me acuerdo.
A ver, le pondré algunos nombres, y me dice si le suenan. ¿Carlos? ¿Luis? ¿Juan? ¿Antonio?
- No creo que no, ninguno me suena, aunque podría ser uno de esos.
San Pedro, desesperado, va a ver a Jesús, al que le cuenta el caso del anciano.
Entonces Jesús acude a hablar con él.
Mire, le haré unas preguntas, intente recordar, ¿de acuerdo?
El anciano asiente.
¿En qué trabajabas?
Creo que era carpintero.
¿Estabas casado?
Creo que sí, era una mujer muy buena, casi un santa, creo recordar.
¿Tenías hijos?
Sí, uno, pero era muy independiente.
Entonces Jesús llora de alegría, y corre a abrazar al anciano.
¡Papá, soy yo tu hijo!
Entonces el anciano llora también y exclama emocionado.
¡Pinocho!
Un señor llega al doctor con su bebe en brazos.
Doctor, doctor, mi hijo tiene 6 meses y no abre los ojos.
El doctor le hace un chequeo al bebe y le dice al padre:
Señor, el que debe abrir los ojos es usted,
este bebe es chino.
Era una vez dos borrachos que se acuestan a dormir en una litera, y el borracho que está en la parte de arriba de la litera antes de dormirse comienza a rezar:
-Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, la Virgen María, y el Espíritu Santo.
En eso se cae la litera y el borracho que está en la parte de abajo dice:
-¿Vistes? ¡Eso pasa por estar durmiendo con tanta gente!
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