13 de septiembre de 2008

Destroza Ike Bagdad




Rosy Pereda Rangel
http://www.expresomatamoros.com

Las intensas marejadas que se dejaron sentir por los efectos del huracán Ike en el Golfo de México, obligaron a los residentes de los campos pesqueros y del área norte, donde se ubica la mayor parte de los comercios, a desalojar sus viviendas para alejarse del peligro, ya que los pronósticos alertaban sobre un incremento de fuerza en el oleaje.

"Ni cuando anuncian un huracán había pasado algo como esto, mire, ya está todo destruido y las olas siguen creciendo", aseguró la propietaria de un restaurante en la zona turística de la Playa Bagdad ante el fuerte oleaje que azota la costa y que inclusive obligó a elementos de la Marina a cerrar la playa para los turistas.
Y es que, efectivamente, desde el pasado jueves por la noche comenzó a subir la marea, tanto que las palapas, las bardas del área turística y hasta tres restaurantes, además de algunas casas en la zona sur, ya fueron destruidas.
Desde algunos kilómetros en la carretera que conduce a la playa, se puede observar la fuerza de la naturaleza.
El tamaño y fuerza de las olas provocaron que alrededor de las 14:00 horas un jovencito que responde al nombre de José Espinosa, de 13 años de edad, fuera lanzado contra uno de los restaurantes, lo que le ocasionó una fractura expuesta en la pierna, ya que se encontraba con dos de sus amigos capturando jaibas y al acercarse a tratar de sacar un salvavidas la ola lo arrastró, para después impactarlo en los palos de la estructura.
Fue hasta las 15:00 horas cuando un grupo de elementos de la Armada de México se instalaron en la entrada al balneario para impedir el acceso a turistas, permitiendo únicamente que ingresaran habitantes del lugar o familiares, todos bajo su propio riesgo.
Más temprano visitantes locales estuvieron incluso videograbando el impresionante fenómeno natural, pero era peligroso, pues las olas sin aviso alcanzaban alturas pocas veces observadas en esta zona del Golfo de México.
María Luisa Esquivel, propietaria de uno de los restaurantes del área turística de la playa, aseguró que el huracán Dolly no fue nada comparado con lo que estaban viviendo en esos momentos, pues la marea subió pero nunca, dijo, alcanzó los niveles de este fenómeno meteorológico.
"Jamás se había salido el agua hasta atrás, pero mire esa ola, la que acaba de pasar pegó por arriba de los restaurantes, así que nosotros nos vamos a salir, pues con la naturaleza no se puede prevenir nada y eso es arrasador", puntualizó.
Doña María Luisa, como sus vecinos, comenzó a guardar todas sus mercancías para salir del área y dejar el peligro atrás.
De acuerdo a los pobladores del balneario natural las autoridades de Protección Civil les aconsejaron desalojar, pero además les prometieron que habría camiones para apoyar su salida, sin embargo, hasta las 4 de la tarde no se había presentado nadie para ayudarlos.
En los campos pesqueros sus habitantes también comenzaron a preparar su salida, aunque sólo quienes contaban con vehículo propio o conseguían quién les ofreciera sacarlos del área pudieron hacerlo.
Para otras familias salir de playa Bagdad era considerado como no viable, ya que no cuentan con familiares o amigos en el municipio y no se dispuso albergue alguno para poder atenderlos.

No hay comentarios: